Somos lo que sabemos que comemos

Hay libros, también en temas gastronómicos, para leer en momentos especiales. Con la mente relajada, en calma, mejor en silencio. “Cocinar, comer, convivir” (Ediciones Destino) es uno de ellos. Se trata de un libro sobre filosofía y cocina, articulado, como quien pasea tranquilamente a través de una larga conversación entre dos sabios. Cocinero y filósofo, Andoni Luís Aduriz y Daniel Innerarity, elaborando, de forma conjunta y complementaria un “ensayo de gastrosofía” -como concluyen en el epílogo-, o para decirlo con palabras más incisivas, “un pequeño sabotaje contra la obligación de ser especialistas que nos impone el sistema de organización de los saberes y las profesiones”. Los pensamientos fluyen circularmente. De los alimentos reales y simbólicos al oficio de cocinar; de la tradición a la industria; del individuo devorador a la convivencia social; con dos capítulos para enmarcar, en los que chef y filósofo discurren sobre la relación entre cocina y territorio (Global/local) y sobre los horizontes anhelados de la gastronomía (El gusto).

El libro no pretende sentar cátedra ni descubrir pensamientos inéditos (algunos capítulos son, de hecho, síntesis impecables de teorías trazadas con anterioridad por otros autores), sino reflexionar serenamente sobre la comida, interpretar la cocina con las herramientas que subministra la filosofía, pensar el mundo desde la mesa. Aproximaciones alejadas históricamente tanto del mundo endogámico de la cocina profesional como de los impenetrables compartimentos estancos del saber académico. Aduriz e Innerarity abogan, sin abandonar la lucha permanente contra el hambre en el mundo, por la educación del gusto como una de la principales tareas de la humanidad. “Saborear es una forma de saber” y cuanto más sepamos sobre aquello que ingerimos y saboreamos más libres seremos, cocinando, comiendo y conviviendo. Y quizás, por ende, algo más felices.